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"Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos" - Emmanuel Carrère / Revista "Espectros" / 07-03-2019



¿Nuestra realidad es real?:


Para los amantes de la ciencia ficción, el libro “Yoestoyvivoyvosotrosestáis muertos”, de Emmanuel Carrére, no solo es una biografía. Éste cuenta la vida de Philip Dick haciendo la relación con su obra, y está redactado de tal forma que parece una novela en sí misma. Es que la vida del autor de “Elhombreenelcastillo”y “Ubik”, entre muchas otras novelas, es al igual que sus ficciones un derrotero oscilante entre la revelación de una verdad y la locura.


Debo advertir que en esta biografía, sobre un escritor icónico para el género al que se dedicaba, se cuentan las tramas e incluso los finales de sus obras.


“Pues Phil erafrancamenteapasionante,enesotodoscoincidían.Destinaba a sus obsesiones una imaginación de artista en pura ebullición.En una conversacióncon él podíasucederde todo. No teníala fastidiosa monomanía del paranoico clásico.Sus enemigos,los métodosylos objetivosde ellos y,sobre todo, el grado de seriedad con queéllosdenunciaba,variaban según las circunstancias, la inspiración y elinterlocutor.”


Para el que ya conoce las novelas de Philip Dick, la relación entre éstas y su vida es asombrosa. Los hechos reales y las historias ficcionales se reflejan mutuamente, sumado a lo inverosímil del proceso de escritura de este novelista. Para los que aún no hayan leído ninguna de sus novelas, les confieso que yo tampoco lo había hecho antes de toparme con esta biografía, pero gracias a este libro he podido conocer sus tramas y disfrutar de las ideas, a mi parecer originales, que el autor ha desarrollado en suobra. A su vez, la lectura de esta biografía ha despertado mi deseo por leer las novelas.


Como lectora me siento culpable, en parte, porque todos estos libros de los que uno disfruta y mucho más de esta biografía, tuvieron un alto costo. No puedo más quesentir compasión por este genio de Philip Dick que estuvo muy lejos en toda su vida de poder disfrutarla. Su fascinante imaginación creadora es producto, a mi parecer, de la vida caótica del autor.


“Pero cuando, arrastrado por el impulso, Phil empezó a buscar micrófonos en la cama del gato y, al no encontrarlos, dedujo que tenía que vérselas con alguien más temible, sus viejos enemigos del FBI o los neonazis que desde la aparición de El hombre en el castillo se la tenían jurada; cuando antes de cada conversación telefónica había que someterse a unos tests destinados a confirmar que uno era realmente Ray Nelson o Jack Newkom, los amigos fieles y no unos impostores (...)”


Philip Dick narra,en “El hombre en el castillo”, cómo sería el mundo si Alemania y Japón hubieran ganado la segunda guerra mundial. Y pone en cuestión como serían las cosas si los resultados del enfrentamiento hubieran sido los opuestos, haciendo foco en el aspecto social de clases. Ciertamente,me resulta muy interesante el planteo de estelibro. Pero para comprenderlo hay que ubicarse en 1962, cuando fue publicado. Mirándolo desde hoy en día quizás no nos parezca de ciencia ficción y más aún, si no tenemos cuidado al interpretarlo, podríamos creer que es sumamente discriminatorio. Yo creo que ese es el punto central de la historia, el modo confuso y clasista de mirarse unos a otros e incluso los personajes hacia sí mismos. Veo una metáfora ahí, para pensar, no sólo cómo eran las cosas en la época en que fue escrita, sino que también puede aplicarse a la realidad actual.


“Pero había algo que le importaba más que los negocios, el éxito de la tienda, la posibilidad de tratar socialmente a una pareja de jóvenes japoneses, capaces de aceptarlo como hombre más que como yank, o por lo menos como comerciante en objetos de arte. Sí, esta gente de la nueva generación que no recordaba los días anteriores a la guerra y ni siquiera la guerra misma era la esperanza del mundo.

Las diferencias de posición no tenían significado para ellos. Un día se acabaría, pensó Childan. La idea misma de posición desaparecería para siempre. No habría gobernados y gobernantes. Sólo gente. Y, sin embargo, temblaba de miedo imaginándose en el momento en que llamaría a la puerta de la pareja. Miró la libreta de notas. Los Kasura le ofrecerían té, sin duda. ¿Sabría comportarse?”


Otra cosa fascinante, que requiere ser mencionada, es cómo Dick construyó “El hombre en el castillo”, cosa que se cuenta en el libro de Carrére. El I Ching,o Libro de los Cambios,es la clave, el método que este escritor utilizó para tomar decisiones en su vida y también en esta novela. Pero la relación vida y obra no finaliza ahí, en la trama los personajes hacen exactamente lo mismo que el autor, y las respuestas del I Ching aparecen como guía de las acciones.


“Sentado en la cama, con una taza de té tibio al lado, Frink sacó su ejemplar del I Ching. Tomó del cilindro de cuero las cuarenta y nueve varitas de milenrama. Esperó un momento hasta que se tranquilizó la mente y pudo formular la pregunta. (...) No tenía que consultar el texto. Lo conocía de memoria. Un buen augurio. El oráculo lo aconsejaba favorablemente.”


Su otra novela a la que haré mención es “Ubik”. En ésta se presenta un mundo donde telépatas, precognitores y personas con otros tipos de habilidades mentales antinaturales son enfrentados por inerciales, es decir, quienes tienen la capacidad de anular esas acciones psi invasivas de la privacidad. Pero claro que eso tiene un costo económico.Philip Dick no se olvida de reflejar el funcionamiento del mundo capitalista.


“Caray, Jill, me gustaría saber qué es lo que me pasa estos días. A veces, y cada día más a menudo, la menor observación que me hacen en la oficina me hace pensar... no sé, que alguien me está leyendo el pensamiento. Entonces ella va y le dice: Si tanto te preocupa, ¿por qué no acudes a la organización de previsión más próxima? Nos facilitarán un inercial a un precio al alcance de nuestro presupuesto y ¡pronto volverás a ser el desiempre!”


En este mundo también existe la semivida, un estado intermedio entre la vida y la muerte, como si fuera una criogénesis, pero con posibilidad de mantener conversaciones son personas vivas mediante uso de la tecnología. Cuestiones en las que sin duda piensa, y anhela, el ser humano desde hace mucho tiempo. Bueno, Philip Dick nos da su visión de cómo sería.


“Era Ella, bonita como siempre con su delicada piel. Sus ojos habían sido luminosos, de un azul brillante; nunca más lo serían: podía hablarle y escuchar sus respuestas, podía comunicarse con ella, pero nunca volvería a verla con los ojos abiertos, nunca la vería mover los labios al hablar. Cuando llegara a su lado, ella no sonreiría, ni lloraría cuando se marchara. ¿Valía la pena todo aquello?, se preguntó. ¿Era verdaderamente mejor todo aquello que el viejo sistema, el tránsito directo de la vida a la sepultura?”


Es interesante pensar esta biografía de Philip Dick, escrita por Emmanuel Carrére, en relación a “Ubik”. Las elecciones narrativas que realiza Carrére, a mi parecer, son un guiño a esta novela de Dick. Me limito a señalar esto, y no hago mención de cuáles son esos juegos entre los dos textos, debido a que conllevaría un spoiler del final de “Ubik”. Sin embargo, si quien está leyendo esta nota, ya conoce ambos libros, podrá notarlo enseguida.


A mi parecer,Emmanuel Carrére realiza un homenaje al escritor al jugar con elementos narrativos que utilizaba Philip Dick en sus novelas. No hace un juicio tajante, dos lectores diferentes pueden hacer interpretaciones diferentes. Podemos pensar en las novelas si los hechos son reales o lo que los personajes viven es una vida ficcional.


Lo mismo ocurre, sobre el estado mental del escritor, podemos pensar en si era un drogadicto, si estaba loco,o era un genio de la actuación. A pesar de que nos fascinen estas novelas, y más aún porque nos fascinan, uno se pregunta, y temo que no tengamos nunca la respuesta, cómo eran posibles todas estas creaciones de mundos y tramas futuras que nos impresionan y enamoran.


Las novelas de Philip Dick son muy particulares, desafían criterios lógicos y exploran los grandes interrogantes metafísicos de la existencia humana. Como suele decirse, de pensar algo a volverlo realidad hay sólo un paso. Grandes avances científicos y tecnológicos ha habido, desde su época hasta ahora, inspirados en los pensamientos de este escritor plasmados en sus obras. Pero si bien este autor fue reconocido hacia el final de su vida, no lo fue así la mayor parte de ella.


No sólo sus trastornos fueron su padecimiento, sino que Philip Dick, según nos cuenta Carrére, se sintió siempre, y lo fue en gran parte de su vida, como un relegado, puesto que para la época en la que le tocó vivir (1928-1982, EEUU) el género de la ciencia ficción era considerado un género inferior. ¿Qué pensaría si viviera hoy, si supiera que se lo nombra como uno de los grandes exponentes de este género que finalmente se consagró en elámbito literario? ¿Hubiera intercambiado él su capacidad de creación de historias por una vida estable y tranquila?.


Hay muchas preguntas que me gustaría hacerle tras conocer su vida. Imposible: ya está muerto, pero quizás no. Quizás seamos nosotros los que estamos muertos, quizás la realidad sea lo opuesto a lo que pensamos. ¿Cómo no dejarnos llevar por ese juego mental de pensar que quizás todo es al revés luego de leer a Phili Dick?.


ESPECTROS/ Año 4-Número 5/ Buenos Aires/



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