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RESEÑAS DE LÁPIZ Y PAPEL: “LENZ”. Por JESICA SABRINA CANTO



Ficcionalizar para comprender


En muchas ocasiones no comprendemos el comportamiento de quienes nos rodean, de conocidos o de personalidades de determinado ámbito. Los autores tienen la posibilidad de utilizar la escritura para hacer comprensible lo que no lo es en primera instancia.


En 1839, se publicó el relato “Lenz”, de Georg Büchner, el cual narra un episodio de locura en la vida del poeta Jakob Michael Reinhold Lenz (1751-1792), integrante del Sturm and Drang (movimiento artístico de Estrasburgo). El autor muestra en este texto a la locura vista en un plano de igualdad, sin la presencia de un juicio, todo lo que el personaje hace tiene un sentido profundo y humano.


En la nota inicial de la edición de 1977, se caracteriza esta obra como un camino radicalmente nuevo de entender al arte, ajeno a toda convención y norma, como un texto precursor del expresionismo, y que prefigura una nueva sensibilidad, que Nietzsche llamó nihilismo.


En cuanto a su forma, “Lenz” está compuesto por oraciones extensas de varios renglones, incluso constituyendo un párrafo entero, intercaladas con otras cortas o intermedias, sin que esto afecte negativamente el ritmo de lectura. En cuanto a la historia, está narrada de tal modo que el lector comprende el hilado de pensamientos del personaje, aunque sus actos parezcan incoherentes.


En la trama, el personaje de Lenz, se instala en una casa parroquial de un pueblo pequeño y alejado de la ciudad en busca de tranquilidad, pero tiene ocasionales episodios de locura. La muerte de una mujer amada lo atormenta. Sufre alucinaciones, presencia la devoción hacia un hombre que la gente cree santo. Ya no encuentra seguridad en las escrituras y la noticia de la muerte de un niño termina por quebrar su cordura. Le insisten en regresar a la ciudad con sus padres pero él se niega. Tiene la idea de que él es el asesino de su amada.


El relato termina cuando, tras varios intentos de suicidio, lo llevan a la ciudad de Estrasburgo. Allí, dice el texto, se comporta razonable pero con un vacío en su interior.


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