1- Zonas opacas y características notorias en el uso de la lengua.
Giannuzzi, en este poema, utiliza lo material para hacer apertura de sentido, dando la sensación de estar hablando de algo más que lo descripto concretamente en los versos.
Varios de los versos o frases dentro de estos, presentan opacidad en el sentido de una polivalencia hacia algo más. Considero que esto se hace visible en los siguientes fragmentos: “dos imágenes de restos óseos”, “agobio eterno”, “frescas como recién nacidas”, “vértebra sobre vértebra, crujido a crujido”.
Con respecto al uso del lenguaje se puede señalar que la construcción de este poema genera la sensación, en una primera lectura, de ser un texto narrativo. La diferenciación está, a mi consideración, en los cortes de verso realizados por el autor que generan sentido. Asimismo con los signos de puntuación. La oración que habla del estado de la columna vertebral de los obreros es la más larga del poema (seis versos), mientras que la que trata sobre la clase alta esta condensado (tres versos).
También se puede mencionar la escasa presencia de adjetivos frente a versos mayoritariamente compuestos por sustantivos concretos. A su vez, el lenguaje empleado puede definirse como coloquial o llano sin construcciones gramaticales complejas o inusuales. Giannuzzi juega muy sutilmente en la comparación entre los obreros y los de clase alta. En cuanto a los primeros describe sus columnas vertebrales como “curvada en dos secciones, muestra fisuras, bordes corroídos, luxaciones, agobio eterno” donde solo en el último verso aparece un sustantivo y un adjetivo no materiales, mientas que en referencia a los restos óseos de los de clase alta define como “erguidas y frescas como recién nacidas”.
Asimismo, puede marcarse la utilización de adjetivos temporales en cierto sentido opuestos “eterno” y “nacidas” ya que este ultimo lleva en su significado la implicancia de la muerte. En los versos siguientes hace una referencia directa al paso del tiempo, “después de 4.000 años” y la cuestión temporal de lo que continúa funcionando de igual manera, “sigue cargando”.
2- Imagen central que presenta el poema, otras imágenes relevantes y forma en que el sujeto poético se conecta con el afuera.
El poema presenta como imagen central la columna vertebral presente en el titulo y a la que se hace referencia en la mayoría de los versos.
Como otras imágenes relevantes aparecen las pirámides que sitúan en un contexto época especifico, en su construcción.
El sujeto poético se conecta con el afuera mediante la historia “para levantar las pirámides” y “después de 4.000 años” establecen un tiempo histórico posterior al hecho que se cuenta. Hay una conexión distanciada por la diferencia temporal, pero, a la vez, sumamente empática con los obreros que se vislumbra en la frase “podredumbre de los señores”, donde se visibiliza al sujeto poético como un sujeto de la percepción, no es un espectador desafectado.
3- Quién habla en el poema, características del sujeto poético y forma en la que aparece en el poema.
En el poema el sujeto poético es impersonal, el sujeto se muestra distanciado del objeto. No hay un pronombre identificable/ubicable. El primer verbo aparece en infinitivo, “levantar”.
Puede decirse que con este poema se está ante una poesía reflexiva, que no compromete la emoción de forma directa. La subjetividad aparece apoyada en el objeto, es decir, en el estado de los restos óseos de la columna vertebral de los obreros y de la clase alta de la cultura antigua a la que se hace mención.
Inicialmente se muestra como un historiador/antropólogo exponiendo hechos, “para levantar las pirámides doscientos mil hombres”. Aunque luego hace un remate con la condensación de una opinión sociopolítica, “sigue cargando el peso del sueño y la podredumbre de los señores”.
4- Datos biográficos del poeta y circunstancia contextual que pueda haber influido en la composición del poema.
Joaquín O. Giannuzzi (Buenos Aires, 29 de julio de 1924 – Campo Quijano, 26 de enero de 2004) fue un poeta y periodista argentino. Hijo de inmigrantes italianos. Comenzó estudios de ingeniería pero los abandonó. Estudió periodismo. Trabajó en Crítica, en La Nación y en Clarín, ocupando distintos espacios dentro de una redacción, desde las reseñas literarias a las crónicas policiales. Iniciado en la lectura de poesía a través de clásicos argentinos como José Hernández, Leopoldo Lugones y Alfonsina Storni, llegó a vincularse luego con el grupo de la revista Sur, donde publicó su primer libro.
Giannuzzi empezó a publicar a fines de los años ’40. Su poesía circuló por un margen, un punto excéntrico en el campo literario, que fue donde se ubicó lo mejor de esa década y la siguiente. Su obra poética presenta una relación palpable y personal con su momento histórico. Especulativo y meditabundo, ha dicho alguna vez: “He tenido siempre una mentalidad cartesiana, racional a ultranza, acentuada quizá por mis estudios científicos de ingeniería, que no parecen estar presentes en mi obra pero la marcan sutilmente. Por supuesto, esa actitud suele ser sobrepasada por la predisposición poética, que incursiona en lo mágico y lo emocional”. Giannuzzi se convirtió en la salida de muchas encrucijadas, una opción a la poesía de la pura subjetividad, del regodeo autobiográfico, o la extenuación lingüística del neobarroco.[1]
En base a la conceptualización de la existencia de un Yo de origen, que se presenta unido a lo experiencial que está en contacto con su momento histórico, podemos decir que, en el caso de Giannuzzi, lleva al Sujeto poético de su texto a estar en relación con las desigualdades sociopolíticas.
Al no haber logrado conseguir información sobre cuál fue la fecha en que escribió y publicó originalmente el poema acá analizado, no me es posible precisar con exactitud las circunstancias contextuales concretas, aunque de la lectura de la información disponible sobre el autor y de sus otros poemas, me atrevo a conjeturar lo antes ya mencionado de la existencia de una relación entre el sujeto poético y un juicio sobre cuestiones sociales.
5- Propuesta de acercamiento al sentido del poema
A mi consideración, el sentido del poema está en relación con los roles sociales desiguales de la humanidad.
Podemos decir, tomando el concepto de correlato objetivo planteado en el texto de Eliot, que Giannuzzi utiliza la imagen concreta del estado de los restos óseos de culturas antiguas para plantear la emoción concreta de sensación de desigualdad y explotación entre las clases sociales, en una analogía que, si bien no se presenta explícita en el poema, queda resonando de forma tácita a la situación de organización sociopolítica en la actualidad.
Asimismo, como ya se ha dicho con anterioridad, la presencia de la frase “podredumbre de los señores” muestra un sujeto de la percepción que está afectado, por tanto, inmerso en el mundo objetivo (Merleau-Ponty), lo cual se realza al elegir para trabajar en el poema la columna vertebral, la cual es parte constitutiva indisociable del cuerpo. Esta elección da un sentido de las cosas determinado, estableciendo un sentido del mundo mediante el impacto que la organización social del mundo tiene en el cuerpo del hombre.
[1] La información tomada proviene del articulo “Una causa personal” escrito por Mercedes Halfon y publicado en el suplemento Radar del diario Página 12 el día 15/02/2015.
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