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"La chica de los libros" / Revista Cultural "Siete Artes" / 24-09-19


Enfrentar una cruda realidad


La trata de blancas (secuestro de mujeres para prostitución) es un grave problema en la sociedad actual. Uno se rehúsa a pensar que una cosa así puede ocurrirle o a alguien cercano, pero lamentablemente no hay garantía de que no seamos víctimas de esta gran empresa ilegal del horror.

Yo cursé cuatro años en la Facultad de Psicología de la U.B.A. que se encuentra ubicada en el barrio de Once, y en más de una ocasión, he recibido mails oficiales de la institución preguntando si tenía información de determinada alumna porque había desaparecido yendo o volviendo de la facultad. Era sabido por todos que en las cuadras de las inmediaciones mujeres eran secuestradas para prostitución. El centro de estudiantes y otras organizaciones de alumnos establecieron un “corredor seguro”, que consistía en que si tenias que ir de una sede a la otra, que estaban a ocho cuadras de distancia, si eras mujer caminaras solo por determinadas cuadras y procuraras siempre hacerlo en compañía. Esto suena estrafalario, pero es (o era, porque hace mucho que no voy para allá, aunque dudo que la situación haya cambiado) real.

En el 2017 yo había abandonado la carrera de psicología para dedicarme a la escritura, pero concurrí a la institución una última vez por una cuestión de trámites. Fue durante el recorrido de esas calles, donde surgió la idea de mi novela La chica de los libros, cuyo argumento comienza con una mujer, de tan solo dieciocho años, que es secuestrada mientras concurre a la facultad a homenajear a una amiga que se recibe ese día. El encierro, en mi opinión, es algo horrible, y para escribir esta historia tuve que obligarme a pensar una hipotética situación en la que estuviera recluida en una habitación. ¿Si no tuviera opción de escapar, cuál sería mi accionar?, me pregunté y la respuesta vino enseguida: los libros, la mejor forma de soportar la reclusión sería leer. Ayelén, la protagonista, joven e inocente, deja que el miedo la domine y se abandona a sí misma. Sin embargo, recibe la ayuda de otra mujer que la aconseja, con la cual solo tiene en común su amor por la lectura.

En las primeras versiones, la novela estaba contada por un narrador omnisciente, pero gracias a una materia taller que realicé en la Universidad Nacional de Arte, donde curso la carrera de Lic. en artes de la escritura, pude ver que ese no era el mejor modo de transmitir la historia. El profesor era Iosi Havilo y él me ayudó a encontrar otro modo de expresar los hechos que fuera más atrayente para el lector y que guardara coherencia con la trama. De ese modo Jane se convirtió en la narradora, aunque no se comprende con exactitud quien es ella hasta el final del libro. Es un personaje interesante, que cuenta lo que vive Ayelén de forma despectiva y con recelo hacia la protagonista, lo que genera un relato con un lenguaje directo y honesto, sin adornar ni endulzar una realidad que no tiene nada de agradable. Jane nos dice la verdad de la manera más cruda, el modo necesario para que dejemos de mirar hacia otro lado respecto a esta problemática.

Datos del libro: La chica de los libros, de Jesica Sabrina Canto (2019, Enigma Editores, género: novela corta de drama, págs. 148).


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