Maricel Barone San Martín es actriz, profesora de teatro y asistente editorial en “Enigma Editores”, además de escritora de Buenos Aires. Dos de sus cuentos fueron publicados en una antología en 2019.
-La literatura en la vida de un escritor: Mi relación con la literatura fue a través del teatro. El teatro, la actuación, la docencia teatral, me conectaron directamente al mundo literario. Las historias, los conflictos, los personajes, tantas vidas vividas que se plasman en cada relato, cada cuento, cada obra dramática. Mundos de vivencias universales y a la vez personales, íntimas, tan identificatorias, descubridoras. Son responsables de despertares de la imaginación, de los recuerdos, las emociones y secretos ignorados por el propio autor, lector, espectador, oyente. Me cautiva el cuento, el relato, tal es así que forme un grupo de teatro al que bauticé “Teatrocuento”. Es muy probable que ese enamoramiento haya nacido en mí como escapatoria de la realidad que no me gustaba, o que me daba miedo de pequeña, ya que mi madre me narraba cuentos maravillosamente bien y yo me calmaba. Me resultó algo natural leer porque vengo de una familia de pueblo, donde la plaza y la biblioteca eran los lugares de juego, imaginación y conocimiento. Además, mi abuelo escribía teatro, mi abuela cosía el vestuario y todos los hijos e hijas, actuaban. Una hermosa cooperativa armada casi sin darse cuenta. Luego, cuando pude entrar al mundo mágico del teatro, me enamoré de la dramaturgia. Si bien he escrito cuentos, el género que más leo, obviamente, es la dramaturgia, la que terminó motivándome y ha sido mi mayor estímulo para comenzar a escribir.
-Formarse para ser escritor: Mi formación es teatral. Primero asistí al Conservatorio Nacional de Teatro, y a escuelas teatrales como T.E.A., la Escuela de Hugo Midón, entre otras. La última institución en la que me formé, por ahora, es la U.N.A. (Universidad Nacional de las Artes), egresada del Profesorado en Artes del Teatro. Tengo planificado realizar próximamente un posgrado en dramaturgia. Todo este proceso me vincula permanentemente con la escritura. Guiada por la profesora Silvana Franco y la escritora Graciela Licciardi, me han llevado, entre otros eventos, a la grata oportunidad de ser parte del jurado de un certamen de cuentos durante tres años (“Palabras escritas-Palabras dichas”, a cargo de la escritora Marta Molina San Martín, acompañadas por el Escritor Vicente Battista).
-Significado personal de la escritura: Siempre sentí que la escritura es la manera de hacer real los mundos que imagino, o que deseo, o bien las historias no dichas en voz alta, que dan vueltas en mi cabeza, aún sin saberlo muchas veces. Palabras que necesitan salir, volar, parir.
-El proceso creativo y de escritura: En ocasiones hay una palabra que se presenta ante mí, que es un mundo que comienza a rodearme y que cuando menos lo espero, ya ocupa un gran espacio en mi imaginario personal. En un momento se abre la puerta de ese mundo y se despliega en más palabras, imágenes y emociones. Allí comienza la construcción de la historia, entre fluidez y técnica. Otras veces, me siento y me invito a escribir desde un lugar que me ha tocado en lo personal, en lo social o desde una persona o un objeto que me ha afectado y los convierto en personajes, en vida, en historia. Fluidez, abrirse y volar, técnica, imaginación, pasión, deseos, necesidad de contar una historia que seguramente es para alguien, incluyéndome. La vida compartida entre todos a través de una historia. Es un proceso que me acompaña todo el tiempo, no me suelta ni lo suelto, convivimos diariamente, hasta el final.
-Al respecto de sus obras publicadas: “La última escena” es un cuento cuya idea surge posiblemente, porque no me lo propuse conscientemente, inspirada en las películas de Ingrid Bergman, a quien admiro. Eso se suma a la situación de maltrato hacia las mujeres y a la pregunta “¿Hasta dónde nos animamos a llegar con nuestros sentimientos?”. El personaje protagónico es una mujer que, en un momento crucial, decide reaccionar de una manera infrecuente pero auténtica, encontrándose entre la realidad y la ficción. “Mi lucha” es otro cuento donde la protagonista es una hormiga, que también es un trabajador, un obrero. Un ser que metódica y cotidianamente hace su labor a pesar de los infortunios y hostigamientos de la sociedad. Se plasma un contexto social de desigualdad que se ve reflejado en los tres personajes que cohabitan en la misma casa.
–Participación en antologías: _“Antología Ciclo Cultural Misterio y Palabra 2019”, Enigma Editores.
–Datos de contacto de la autora: Mail: baronemariceld@gmail.com Instagram: Maricel Barone
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