Fundar una editorial en plena crisis
Abrir una editorial en plena crisis económica del país y con una crisis editorial que viene desde hace tiempo no es la mejor inversión si se quiere ganar dinero, pero para algunas personas hay otros motivos que hacen que valga la pena la apuesta. La editorial Salta el Pez es uno de estos casos, fundada en 2018 por tres estudiantes de la carrera de escritura de la Universidad Nacional de Arte, Alan Talevi, Marina Baudracco y Rosario Salinas.
El objetivo anhelado es “funcionar como un actor cultural”, cuenta Rosario Salinas, y agrega “sabemos en carne propia que para alguien que quiere dedicarse al oficio de escribir, tener un espacio para mostrar lo que hace es fundamental. Nos gusta participar de ese momento del autor. Nadar contra la corriente en medio de la crisis que se ha ido agudizando desde 2015 nos proporciona una energía enorme, corre una adrenalina que queremos encauzar a la editorial.”
El surgimiento de este proyecto fue estimulado por un docente de la Universidad Nacional de Arte. “Un sábado muy frío de Julio, estábamos en la última clase de Taller de Poesía 2 en la carrera en la que nos conocimos y nuestro docente, Eric Schierloh, nos contó sobre su preciosa editorial Barba de abejas, nos mostró libros encuadernados a mano, describió cómo eran las tareas y que todas eran posibles”, cuenta Marina Baudracco. Ese fue el impulso que dio inicio a lo que hoy es la editorial.
Uno de los primeros paso es la elección de un nombre, uno de los elementos más importantes para definir esa institución que uno esta creando. Una tarea difícil, mas para una editorial, donde el lenguaje es la materia de trabajo. “Intentamos cientos de nombres que giraban alrededor de algunas ideas importantes en lo poético: lo femenino, la fluidez, el agua, la naturaleza, el juego, la revuelta, el viaje. “Salta el Pez” llegó como un rayo, en un momento de distracción en medio de esa búsqueda caótica, y nos gustó desde el primer momento a los tres. Nos parece que el salto (del pensamiento, del lenguaje) es una imagen que ronda lo poético; tal vez también la idea de chapoteo. La proeza atlética, la discontinuidad, lo lúdico”, cuenta Alan Talevi.
Con la idea en mente de que la editorial sea un actor cultural, más que una empresa para generar ingresos, hay una elección de incluir poéticas distintas, y conjugar autores inéditos con autores con un recorrido editorial previo. Incluyendo publicar traducciones de autores contemporáneos. “Contactamos autores que nos recomiendan colegas escritores y estamos atentos en las lecturas a las que vamos, de autores que nos llamen la atención, nos sensibilicen. Esto último, por ejemplo, pasó con Federico de la Riva. Lo escuchamos leer fragmentos de su libro anterior y lo contactamos porque nos gustó mucho, luego editamos su Siestario y estamos por hacer una reedición de su primer libro, “Diccionario Poético Rural”.
Por otro lado nuestra carrera, Artes de la Escritura es un gran semillero, cursando hemos escuchado textos de compañeros en los talleres y vimos cómo han ido evolucionando sus producciones en cada reescritura; afortunadamente pudimos editar a cuatro autores de allí”, cuenta Marina Baudracco.
El hecho de que los fundadores de la editorial sean a su vez escritores es algo que se ve reflejado en la ideología de Salta el Pez, y que la diferencia de otras editoriales existentes. “Una de las principales políticas editoriales tiene que ver con que el autor no afronte ni financie los costos de edición y, por otro, con que reciba una participación sustancial de las ventas. De algún modo tratamos de fundar una editorial que se relacione con sus autores como nosotros, como escritores, querríamos relacionarnos con nuestros editores. En la industria editorial aparece esa lógica rara que se ve en otras tantas industrias: los que producen el objeto que entra en circulación (y pensamos en el contenido y en la materialidad) a veces son quienes menos reciben de lo que genera finalmente ese objeto. Por eso, al igual que muchas otras editoriales pequeñas, tratamos de buscar vías de distribución alternativas.
Recurrir a circuitos de distribución convencionales implica resignar buena parte de la ganancia (alrededor de un 50% del precio de tapa) y eso impactaría negativamente en el porcentaje que podemos ofrecerle a los autores. Así que, elegimos buscar canales de distribución que nos permitan ser fieles a algunas de las ideas que nos reunieron como editores”, comenta Alan Talevi, en referencia a la participación de la editorial en ferias y eventos como modo de venta de los libros.
En Salta el Pez, no ven el hecho de ser una editorial chica como una desventaja. “Esto tiene el encanto de nutrirnos de los bordes de la literatura, es poco probable que un autor consagrado que esté escribiendo en este momento venga a nuestro catálogo, sin embargo, pensamos los bordes, las orillas como algo muy vivo. En general, lo más interesante de la literatura de una época no sucede en el mainstream; eventualmente el mainstream lo capta y amplifica su difusión. Nos interesa vincularnos a ese lugar cambiante que es la orilla, la frontera”, comenta Rosario Salinas.
Pero no hay que confundir la idea de una editorial pequeña con una producción escaza, muy por el contrario Salta el Pez tiene previsto lanzar entre catorce y dieciséis libros nuevos durante el 2019, lo que es una cantidad considerable para aun no cumplir los dos años de existencia. “Estamos más que conformes, superamos nuestras propias expectativas en un contexto de país nada auspicioso. En este sentido, el esfuerzo siempre se ve compensado por la felicidad compartida con los autores cuando vemos los libros en manos de lectores, cuando ese material tan cuidado en sus muchas etapas, circula bien”, cuenta Marina Baudracco.
Sobre los fundadores de la editorial:
- Alan Talevi (Buenos Aires, 1980).
Publicó en las antologías La Plata – Ciudad Inventada (Primer Párrafo, 2011) y Los Bordes de la Biología (cuento homónimo, Evaristo, 2018). Relatos y poemas suyos han sido publicados en diversas revistas y portales tales como Black & Noir (España), Letralia (Venezuela), Ragnarok (Argentina) y Ayesha (Argentina), entre otros. En 2016 obtuvo el 1er premio del concurso de cuentos de la Fundación Itaú, en 2017 el 3er premio en ese mismo concurso y el 1er premio del I Concurso del Círculo de Estudiantes de Artes de la Escritura de la Universidad Nacional de las Artes (en cuyo jurado estuvieron Gabriela Cabezón Cámara, Ana María Shúa y Ricardo Strafacce, entre otros). En 2018 fue seleccionado por la convocatoria Audiocuentos de UnaBrecha. En 2019 Black & Noir publicará su novela corta La Realización, y Malisia su primer libro de cuentos, Pero Ninguna Palabra Sobrevive. Participó, entre otros, en talleres literarios coordinados por Inés Garland, Ulises Cremonte y Laura Elizalde. Desde 2016 estudia la Licenciatura en Artes de la Escritura de la UNA.
- Marina Baudracco (Rosario, 1975) es escritora, diseñadora gráfica, comunicadora, docente y productora de radio. Es estudiante avanzada de Lic. en Artes de la Escritura (UNA). Cursó la maestría en Comunicación Institucional y Política y se desempeñó como Directora de Arte en campañas internacionales. Publicó un cuento en la antología “Los Bordes de la Biología” (Evaristo, 2018) y escribió guiones para documentales. Fue alumna en talleres de escritura y lectura de Verónica Abdala, Tamara Tenenbaum, Felix Bruzzone y Gerardo Jorge, entre otros.
- Rosario Salinas (Buenos Aires, 1950) es diseñadora gráfica, y ha trabajado en diseño editorial, corrección y edición de textos para CEPAL, OMS, Oficina Anticorrupción, PNUD. Estudió encuadernación y restauración en el Estudio de Sol Rebora. Desde hace cuatro años cursa la carrera de Artes de la Escritura en la UNA. Actualmente cursa un taller de poesía dirigido por Gerardo Jorge en el Centro de Investigaciones Artísticas.
Agradezco a los integrantes de Salta el Pez por responder a mis preguntas. Para conocer más sobre la editorial visitar: www.saltaelpez.com.