Reunirse a recitar versos
El martes 6 de noviembre de 2018, se llevó a cabo el evento de poesía Umbral Literario San Telmo, en el bar La poesía, ubicado en San Telmo, C.A.B.A. Esta reunión de amantes de la poesía se realiza cada primer martes del mes, organizado por Marita Rodríguez Cazaux (escritora de ensayos, cuentos y poemas), David Antonio Sorbille (escritor de ensayos, cuentos y poemas) y Osvaldo Víctor Fernández (poeta y compilador).
En esta ocasión, 28′ reunión del 2018, estuvieron como invitados espaciales a Elena Eyheremendy (profesora de letras en la U.B.A., escritora de ensayos y poemas) que leyó poemas publicados e inéditos, incluyendo cada uno epígrafes en relación; Alfredo Palacio (poeta cuyos textos fueron traducidos a varios idiomas) que leyó poemas de sus libros Filamentos, y Museos; Nicolás Antonioli (escritor, editor y gestor cultural) que leyó poemas de su libro Las Carnes ayunas; y Sabrina Usach (poeta, narradora y ensayista) que leyó poemas de su libro Magnética.
El de la poesía es un mundo enorme, ramificado en infinidad de eventos en toda la Capital Federal, y seguramente en todo el mundo. Resulta interesante pensar en este género literario, que es uno de los más antiguos y que posee grandes iconos a lo largo de la historia humana: Homero (Gracia, siglo VIII a.c.) con la Ilíada y la Odisea, Safo de Lesbos (Grecia, 630a.c. — 580a.c.), Jorge Manrique (Edad Media), Garcilaso de la Vega (Renacimiento), Gustavo Adolfo Bécquer (Romanticismo), José Hernández (siglo XX) con El gaucho Martín Fierro en Argentina, y de allí en adelante Federico García Lorca, Cesar Vallejo, Pablo Neruda, Octavio Paz.
¿Qué tiene la poesía que es capaz de reunir a más de treinta personas a permanecer sentadas durante tres horas atentas a las palabras recitadas? Considero que la poesía tiene una diferencia básica con los otros géneros literarios (novela, cuento, relato) y es que está hecha específicamente para ser recitada. La gente se convoca para leer y escuchar poesía. Usar la palabra “interesante” me parece insuficiente para describir este fenómeno que quizás algún sociólogo se haya atrevido a investigar ya. Lo desconozco, pero es un buen ejercicio pensarlo, y más que pensarlo, asistir a estos eventos para conocer y comprender, hasta donde sea posible, este mundo cautivador.
En la reunión del Grupo Umbral Literario San Telmo, luego de los poemas recitados por los mencionados invitados, se dio la posibilidad a quienes quisieran leer, y fueron veintiochos poetas los que compartieron sus textos: Stella Tejerina, Santiago Morínigo, Iván Walerko, Miguel Córdoba, Lidya Puterman, Nancy Lamberto, Mirta Venezia, Oscar Conde, Dirbi Maggio, Gloria Calvo, Darcy Tortonesse, María Renata, Ricardo Morelli, Zully Pinto, Juan Grosh, Susana Boto, Rudolf Scheller, Rosemarie Caballero, Juan José Catalano, Patricia Alonso, Josefina Kackielo, Mercedes Enrique, Cristina Sorrentino, Natacha Mell, Adrián Terraciano, Magdalena Pascual, Liliana Varela y Christian Vásquez.
Me fui con la sensación, extraña, de que me perdí de algo al no llevar uno de mis poemas para leer. Inexplicable, y, quizás, innecesario de explicar. Apuesto que los poetas lo comprenden.