“La historia de Genji” y “La trompetilla acústica”, trabajan en su construcción con narrativas anteriores. El análisis puede dividirse en tres partes en base a sus similitudes y diferencias. En primer lugar, como similitud, aparece el uso de referencias explícitas a obras literarias precedentes. En segundo y tercer lugar, como diferencias, se plantea, en una de ellas, la fusión de dos tipos narrativos, y, en la otra, la fusión de contenidos de narrativas clásicas, religiosas y mitológicas.
En ambas obras las autoras incorporan referencias explícitas a obras literarias precedentes, utilizándolas como elemento para explicar el sentir de los personajes, siendo que estos mismos se ven reflejados en esa otra narrativa.
En “La historia de Genji”, en el capítulo 1, el personaje del emperador se refugia de su dolor, y utiliza para comprender sus sentimientos, una obra poética china. Dice en el libro: “En los últimos días se había dedicado a examinar las ilustraciones de La canción del pesar interminable, encargadas por el emperador Uda y con poemas de Ise y Tsurayuki, así como otros poemas escritos en la lengua autóctona o en chino, siempre que trataran del tema alrededor del cual giraba siempre su conversación.” (p.45/46)
“La canción del pesar interminable” es un poema de Bai Juyi del siglo IIX, de mucho reconocimiento en China. En la versión de la novela de Xavier Roca-Ferrer de 2005 por la editorial Destino, aparece debajo del fragmento ya citado unos versos del poema: “Sólo recordaba cómo, noche tras noche, se leían el uno al otro, dos versos de La canción del dolor infinito que parecían escritos para ellos: «En el cielo, como dos pájaros que comparten/ una misma ala. En la tierra, como dos árboles que/ comparten una misma rama.” (p. 94/95)
En “La trompetilla acústica”, la protagonista aparece con un libro en las manos en la primera parte de la novela y se compara en sus pensamientos con uno de los personajes de ese relato infantil. A lo largo de la novela se vuelve a hacer referencia a esa obra mencionando al villano, la Reina de la Nieve, y con su deseo de viajar a Laponia, que de un modo inesperado parece cumplirse al final de la novela. Dice: “La fuerza de la costumbre, más que las piernas, me llevó de vuelta a la casa y me senté en el patio trasero. Extrañamente me sentía en Inglaterra y era domingo a mediodía. Me hallaba sentada, con un libro en las manos, en un asiento de piedra bajo un macizo de lilas. (…) El libro, puedo verlo ahora; las Fábulas de Hans Christian Andersen, La Reina de la Nieve.
La Reina de la Nieve, Laponia. La pequeña Kay resolviendo problemas de aritmética en el helado castillo. (…) Todas las cosas que amo van a desintegrarse y no hay nada que pueda evitarlo a menos que resuelva el problema de la Reina de la Nieve.” (p. 14/15)
“La reina de las nieves” es un cuento escrito en danés por Hans Christian Andersen. Fue publicado por primera vez en el año 1844, en Dinamarca, formando parte del libro “Nuevos cuentos de hadas, volumen 1”.
A su vez, también se menciona otra obra literaria en un sueño de la protagonista donde recuerda a otro personaje, en una comparación de cuál es su sentir hacia ese personaje, ya fallecido. Dice: “El Jardín de Luxemburgo y el olor de los castaños, París. Saint-Germain-des-Prés, el desayuno en la terraza de un café con Simón; Simón, cuya cara lucía tan clara y sólida como si aún estuviera llena de vida. Pero Simón debe tener unos treinta años de muerto, nada queda de él, que yo sepa. Simón hablando como Las mil y una noches, de amor y magia.” (p. 49)
“Las mil y una noches” es una recopilación medieval de cuentos tradicionales del Oriente Medio, que utiliza la forma del relato enmarcado. El núcleo de estas historias está formado por un antiguo libro persa llamado Hazâr afsâna.
Por otra parte, en “La historia de Genji”, se plantea la fusión de dos tipos narrativos. Se mezcla la literatura popular japonesa denominada “mano de mujer” (la cual sólo utiliza el silabario y es de fácil escritura y lectura, pensada para una lectura femenina) con la literatura de prestigio de la época, consistente en poesía china (de acceso restringido exclusivo para los hombres). Esta obra representó un quiebre en su momento, procurando una forma literaria japonesa propia en una época en que había una presencia imponente de la tradición china. Por su forma se oponía a los paradigmas vigentes y considerados como prestigiosos en su contexto de surgimiento.
En el caso de “La trompetilla acústica”, se da la fusión de contenidos de narrativas clásicas, religiosas y mitológicas. Estas se van presentando a lo largo de la novela y convergen cobrando nueva significación en el final de la historia. Además de presentar referencias a obras literarias clásicas, “La Reina de las Nieves” (p. 14) y “Las mil y una noches” (p. 49), se incorpora un segundo relato, dentro del principal, en forma de un libro (ficticio, creado por la autora) que la protagonista lee donde se narra una historia en la que se mezclan referencias bíblicas y mitológicas. Se presenta del siguiente modo: “El libro estaba encuadernado en cuero negro y como título se pude leer: Doña Rosalinda de la Cueva, abadesa del convento de Santa Bárbara del Tártaro, canonizada en Roma en 1756. Recuento verídico y fiel de la vida de Rosalinda Álvarez.” (p.59)
Sin embargo, las referencias bíblicas y mitológicas no se limitan a este segundo relato de la historia de Rosalinda, sino que se presentan en diferentes modos a lo largo de la novela.
Cuando Maude le cuenta un sueño a la protagonista: “Luego me hallo frente a una estatua de mármol de Diana y sus perros. Está medio cubierta por el musgo, pero siempre en marcha a grandes pasos con su majestad silvestre. Y allí, a los pies de la estatua, está el vaso mágico. Es un cáliz de plata lleno hasta el borde de dorada miel.” (p.47) En esta parte aparecen interrelacionadas la mitología romana con la Diosa Diana, diosa de la caza siempre acompañada por sus perros, y la idea del cáliz de la historia bíblica.
En un dialogo entre la protagonista y el personaje de Georgina: “—Vamos, todo el mundo sabe que la Biblia es muy descuidada —dijo Georgina—. Es verdad que Noé tenía un arca, pero todo el mundo sabe también que se emborrachó y se cayó al agua, su esposa lo vio en medio de las aguas cómo se ahogaba y no hizo nada para salvarlo, después de todo ella heredaba todo ese ganado. La gente de la Biblia era muy sórdida y una tropilla de ganado en esos días era mejor que una cuenta bancaria de hoy.” (p. 52) Aquí se presenta una deformación de la historia bíblica del arca de Noe, haciendo un cuestionamiento sobre una narrativa que por fuera está consagrada.
Hacia el final se retoma la idea del arca de Noe presentándola como algo real en la historia principal y se la mezcla con la figura mítica de los lobos: “La figura que salió por la puerta era algo más ferozmente insólita que cualquier cosa que mi imaginación calenturienta hubiera podido concebir, pues la hermana de Marlborough, Anubeth, era una mujer con cabeza de lobo.” (p. 122)
Aparece también la incorporación de elementos de la cultura celta, como ser con el caldero, que es utilizado tres veces: como creación, como sacrificio, y como resurrección.
Vemos en la novela que se presentan las características surrealistas que comienzan en escala moderada, pero van incrementándose, mediante yuxtaposiciones que fuerzan una crisis de la lógica, produciendo mezcla de sistemas de sentido. Se da la recuperación de historias borradas, desplazadas o marginadas, mostrando una actitud de recuperar la validez de algunas narrativas míticas y de echar dudas sobre otras demasiado consagradas. Se abreva en la tradición gótica con la idea de brujas y reliquias satánicas.
Al comparar ambas obras de modo general, luego de haber realizado el análisis precedente, es difícil plantear que una sea mas disruptiva que la otra. Ambas presentan un atrevimiento y una ruptura respecto a la literatura de su época. También es factible, respecto a la temática de análisis que plantea la consigna elegida, decir que el hecho de que ambas autoras utilizaran referencias a narrativas precedentes ha hecho que llamaran la atención y no fuera posible descartarlas sin más. Sería pertinente además considerar que este trabajo de revisitar obras y tradiciones precedentes contribuyó a su inscripción dentro del canon literario.
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